La pregunta nos la han hecho muchas veces y aquí está la explicación oficial, la de “veritas”, la respuesta larga, pero necesaria. Advertimos que la historia no es tan interesante.
En el 2008, cuando recibimos una llamada para participar en un concierto con Patiño Quintana y Elemento, todavía no nos llamábamos de ninguna forma, lo que nos facilitaba la tarea de no existir. El momento de “ser” nos parecía lejano. (Guarde esta frase filosófica tan profunda entre sus apuntes.)
Con apenas cuatro piezas de repertorio, tener nombre era aún impensable, pero a pocos días del mentado chivo tuvimos que correr en la decisión de cómo nos llamaríamos, para aparecer de alguna forma en el afiche.
La discusión del nombre sucedió por teléfono, quién sabe cuánto duró, pero al principio de la llamada nos pusimos tres reglas que serían determinantes para el nombre final:
- Como cantamos en inglés pero nuestro idioma materno es el español, definimos que nuestro nombre debía pronunciarse igual en ambos idiomas.
- Nos impedimos llegar a un nombre que remitiera a alguna idea preconcebida; por ejemplo, no nos llamaríamos jamás algo así como “Caballeros del Zodiaco”, "Los guardianes del centeno", o “Los querubines de la música”, solo para citar tres ejemplos en los que nunca pensamos.
- Lo más importante de nuestro nombre final debía ser su inexistencia total en Internet, para así, facilitarle la búsqueda a quienes quisieran encontrarnos en formato virtual. (¡Vaya que nos ha funcionado!)
Aún por teléfono comenzamos a lanzar ideas, con sílabas irrisorias y ausentes de significado por sí solas. De repente, entre tanta jugadera silábica llegamos a la idea de Godi Fofo y luego Fofo Godi (así como lo ve).
(Inserte un silencio acá en señal de reflexión.)
Quién sabe cómo, dentro de aquella ridícula conversación, se nos ocurrió esto pero a ambos nos hizo gracia y comenzamos a darle vuelta a la idea mientras nos carcajéabamos. En aquel momento, además, le encontramos cierto sentido:
Ellos son Fofo y Godi. <3<3
Fofo y Godi son grandes amigos nuestros desde el colegio, pero acá sus nombres reales los mantendremos en secreto para no avergonzarlos revelando su identidad. Aprincipios de la década pasada, al primero se le apodó “Fofo” como abreviatura de “Fósforo”, por su contextura delgada y prominente cabeza.
Al segundo, le pusimos “Godinez” por sus frecuentes ocurrencias en clase en los momentos más inoportunos, tal y como el personaje de la escuelita del Chavo del 8, que interpretaba Horacio Gómez Bolaños.
El hecho de que el nombre viniera de dos buenos amigos nos hizo mucha gracia, e inmediatamente nos hizo probar otras ideas compuestas con apodos de compas: “Pussy Fresa”, “Cemen Tuma” (de Cemento y Tumadre) o “Marcia Gordillo”… evidentemente tuvimos que descartar estas últimas combinaciones.
Habiendo elegido Fofo Godi tomamos la decisión de escribirlo diferente para que se pudiera pronunciar de la misma forma en inglés que en español. El filólogo Miguel Vargas Arroyo –quien también es amigo nuestro así como de Fofo y Godi– nos justifica la decisión ortográfica de la siguiente forma:
“La doble consonante abrevia la vocal previa. Si fuera solo ‘Fof’ se pronunciaría ‘fof’, si fuera ‘fofo’ se pronunciaría ‘foufo’, la segunda O modifica la primera haciéndola más larga. La doble consonante le devuelve a la primera O su sonido original y devuelve la proncunciación ‘fofo’. Igual pasa en Goddy, donde la Y no hace ninguna diferencia, sino que la doble D genera que la O vuelva a ser corta "o” en vez de larga ‘ou’ “.
Y así entonces, nuestro nombre terminó siendo el Foffo Goddy de hoy. Por un momento pensamos que habíamos cumplido las tres reglas que nos impusimos desde un inicio. Sin embargo hemos notado que, lejos de ser pegajoso, el nombre se presta para muchas confusiones… pero de eso hablaremos en los próximos días.
¿Usted en qué piensa cuando escucha el nombre "Foffo Goddy” por primera vez?